JONEYED Y EL BARBERO
El santo Joneyed acudió a la Meca vestido
de mendigo. Estando allí, vió cómo un barbero
afeitaba a un hombre rico. Al pedir al
barbero que le afeitara a él. el barbero
dejó inmediatamente al hombre rico y se
paso a afeitar a Joneyed. Y al acabar no
quiso vobrarle. En realidad. lo que hizo
fue dar a Joneyed una limosna.
Joneyed quedó tan impresionado que
decidió dar al barbero todas las limosnas
que pudiera recoger aquel día.
Sucedió que un acaudalado peregrino acerco
a Joyened y le enregó una bolsa de
oro. Joneyed se fue aquella tarde a la
barbería y le ofreció el oro al barbero.
Pero el barbero le gritó: <<¿ Qué clase de
santo eres ? ¿No te da vergüenza pretender
pagar un servicio hecho con amor?>>.
A veces se oye decir a la gente: <<Señor,
he hecho mucho por Ti<<ti. ¿Qué recom–
pensa me vas a dar?>>
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Siempre que se ofrece o se busca una re-
compensa , el amor se hace MERCENARIO.
Una fantasía:
El discípulo clamó al Señor:
<<¿Qué clase de Dios eres?
¿ No te da ver¨guenza pretender recompensar
un servicio hecho con amor?>>.
El Señor sonrió y digo:
<< Yo no recompenso a nadie; lo único
que hago es regocijarme con tu amor >>-