A una vieja dama de mentalidad muy
religiosa, a la que no satisfacía
ninguna de las religiones existentes,
se le ocrrió fundar su propia religión.
Un periodista, que deseaba sinceramente
comprender el punto de vista de dicha
anciana, le pteguntó un día: <<¿ De veras
cree usted, como dice la gente, que
nadie irá al cielo. a excepción de
usted misma y de su criada?>>.
La vieja dama reflexionó unos instantes
y respondió: << Bueno…….de la pobre
María no estoy tan segura>>.